El cafè y la nada




Como de costumbre en eso de las 2 de la tarde Amelie aborda el metro con rumbo al mar, mientras transcurre el tiempo en comprar el boleto, esperar en el andén Por la llegada del tren va pensando en su gran  orgasmo de la tarde,  tomarse el café en una esquina de la estación en la venida.


Aquella tarde Amelie  lucía un poco ansiosa por beber el mejor café, el café de Chicho aquel ser humano al parecer le ponía un cariño al colao, que , sabía a gloria, se sentía amelie acompañada en la soledad, el bullicio, era lo más cercano a casa.


Se desmonto del metro con la sensación de que quería tomarse su negrito después de varias semanas ausente, pensando en la magia en el hombre, en las manos que construyen con amor atando lazos indisolubles por lo siglos de los siglos.


Ella llega a la esquina no lo vio a chico, en cambio a quien observo fue a una niña un poco mayor de 7 años sirviendo y vendiendo el café, tranquila mente pidió uno de 10 pesos, y mientras  daba un sorbo preguntò a la infante.

¿Y chicho anda dando vuelta a la manzana con el café?.


La niña  con una voz entrecortada con los ojos brotados mira a Amelie que no comprende la reacción y le dice : Chicho murió hace dos semanas.


Probó el café más salado de la historia.


2011


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