Dionisia
En estos días, caseros y fríos, de nostalgias y pasados como una brisa, vino a mi memoria Dionisia: una compañera del instituto, ese mismo que le traumatizó la vida a mi padre.
Preocupado por: la crisis mundial , la caída del muro de Berlin, la globalización y el auge de los países del norte mi padre me puso a estudiar ingles a temprana edad .
A mí nunca
me gustó , me volaba de las clases, no hacia mis tareas , iba al aula
a joder a Dionisia junto al grupo de compañeras y compañeros del instituto ,
para nosotras era el nombre más feo de la "bolita del mundo y el potesito
de sangre".
Pasar la
lista en aquella aula se constituía en un gran ritual, que iniciaba con dionisia haciendo el gesto de trágame tierra, acto seguido el coro compuesto por el resto de los estudiantes se preparaban para soltar tremenda carcajada
que solo menguaba con un basta acompañado de un tablazo a la mesa por parte del
Teacher.
Dionisia
lloraba, pataleaba junto a su amiga Pricila su Lazarillo en la travesia sabatina . Nadie podía con la crueldad de aquellos
niños. Entre sollozos, Dionisia decía :
"díganme Leticia por favor ".
"díganme Leticia por favor ".
Mientras tanto yo reprobaba todos los exámenes orales, mi padre era llamado todos los sábados para darle querella de mi comportamiento anti social y a la hora de la entrega de notas: una tunda era lo que ganaba.
Hoy no estoy tan segura si era tan horrible el nombre, pero en aquellos años nos parecía horripilante, merecedor de todas las burlas, tanto para el nombre como para quien lo porte . No pensamos nunca en hacer llevadera la existencia de ese ser humano que solo tenía la culpa de tener un nombre que a la mayoría nos parecía feo.
El tiempo
fue pasando y Dionisia fue creciendo con la estampa, con la cruz, se veía que
le pesaba: gordita, pequeña, con mirada triste
y medio abajada de espaldas. Es por ello que asumo lo físicamente pesado
que debía ser llevar aquel nombre.
Años después
encontré a Dionisia caminando por la calle la Hortaliza del Abanico de Herrera,
con un calor insoportable que no hace honor al nombre del entorno , me contó que se había casado, tenía 5
hijos y ya no sentía vergüenza por su nombre.
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