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Mostrando entradas de septiembre, 2018

Mili se convirtió en una gran lágrima

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  Se abrazaba de la tumba. Lloraba desconsolada. Cada día bajaba una libra, ya no comía, solo lloraba. Se vestía de blanco y todas las tardes caminaba al cementerio municipal. Un velo blanco en su cabeza y un tranquilo andar: como ida, en el aire, pensando en aquel día: cuando Juan   se accidentó y súbitamente murió la idea de matrimonio, súbitamente su alma se trasladó a otro plano, de forma estrepitosa la vida se le comenzó a ir por los ojos. Mili se convirtió en una gran lágrima, se había ido con Juan. Vestidos Anillos Velas Flores Y las niñas del barrio jugando a ser las damas de una boda imaginaria, una boda que sucedía en la cabeza, en otro tiempo. Todos los días Mili tomaba el café y salía al cementerio. Como un ritual de presencia, para no olvidar, visitaba la tumba, se abrazaba a la lapida, una sensación de abrazar el cuerpo que la contenía, el día transcurría, calmado para algunas, menos para la madre de

Espíritu

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Está en medio de la gente y en el bullicio, solo deja entrar algunas brisas a su mundo, muy de la mente, muy de la imaginación. Pasar, Entrar,  Invadir. Un espíritu  perdido en el bullicio, en el jolgorio, qué, busca pa dentro cuando debe estar pa fuera. Gregario Ermitaño Aveces pa fuera , cuando debe estar pa dentro . Espíritu raro: enrarecido, observador , observado . Siendo en la medida qué se puede, tratando de entenderlo todo y no queriendo ser entendido. Una consciencia loca, con amor en la piel, sobrevolando las ganas de conocerlo todo, sentirlo todo, palpando la plenitud en la soledad: elegida, impuesta, heredada, quien sabe. Asumida, porque ha tocado y en el camino algo rompe la burbuja, alguien irrumpe en el aíre de asceta y se arma un lío, en el cuerpo , en la mente , en las ganas . Te conozco Me conoces Nos conocemos, h ace tanto, hace tanta gente. Hace tantos aíres te respiro.

Reconocimiento: un instante.

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Aún no recuerda si era de mañana, tarde o   noche. Algunas pistas: p laneaba una tensa calma  " Sin medida la  pasión  " Pero le era difícil   identificar; las horas,   El estado del tiempo , Si era frío, caliente, alto, bajo Reconocimiento: un instante. Una salsa de fondo: El balbuceo de la gente, un murmullo ininteligible, ella solo, lo miraba: la seguridad de una presencia impresionante, una energía pura y la mirada de otro tiempo. “Esto lo he sentido antes”, se decía a sí misma, mientras observaba, lo traspasaba  . Y en la radio : “insaciable compañero, insaciable en el amor, no ha nacido quien me quite la locura de entregar a otra piel mi calor”. La bullaranga en oídos de otros  La sensación de todo suspendido: ella mirando   hacia arriba, como al cielo Se puso ñoña A primera vuelta Cuando lo vio aun no recuerda si era de mañana o de noche.

Entre maleza

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Era una época difícil para,   impúberes, niños que comenzaban a vivir, a conocer, también un tiempo de auge de las empresas de zonas francas, promesas de crecimiento económico y desarrollo   para habitantes de las orillas. Luisin vivía allí  antes que la industrialización: corría por aquellas callejuelas como el patio de su casa, con el arribo de las empresas, la zona   comenzó a   crecer   en términos de población, de chiripeo   y formas varias de subsistencia. Madame Yirubi, con peluca, ropas extravagantes llegó a la zona, junto a la industria , en su oficio de aliciente para noctámbulos. La Madame de las noches, la Madame de trabajadores, la madame de la Isabel Aguiar. Trabajo esforzado   en el día y las noches: luces de colores, dormitorios, ventas nocturnas, sapa tacones, afros y pantalones de pata ancha. Llegaron, pese a los autobuses que salían del Liceo   a manifestarse en contra,   los jóvenes estudiantes de la época,   hablaban del peligro   qu

Vértigo

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  La sensación de que se movía mi piso estaba allí; la ciudad consternada y en bullicio, existiendo a pesar de la gran aflicción selectiva y silenciada que nos habita. Desde arriba, el vértigo me arropaba, volví a ese pasado, cuando subir la montaña Rusa se constituía en un acto de convencimiento hacia mí, el miedo no me dejaba fluir. Segundos largos, un minuto, que, en imágenes mentales: una vida; tembloroso el cuerpo y mirada de loca. La fobia volvió. Vertiginoso ver las cabecitas transitar, los autos presurosos y yo con ganas de vocear. El pavimento me recibió a tientas, con temblores, mareada, con el sobresalto de la altura, minutos después la calle seguía siendo ajena, lejana, me sentí por instante, fuera.

Ser o no ser

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                            Quería  ser perfecta , encajar con el ambiente , caminar y ser tan normal , perfecta, que nadie la percibiera siquiera. En cambio , nunca pasó desapercibida , más bien era un escandalo, la locura en motoconcho, la vagabunderia en ciernes. Torpe Desgreñada Nerviosa Y cada tanto , se quedaba perdida   en medio de una conversación, con los ojos en el ocaso , la mente en cualquier lugar y el cuerpo distante . Pensando en lo “tiguere” Las flores del patio Las habichuelas que la mamá dejó a su cuidado . Mariposas volando El libro de Eva Luna Quería  ser normal, pero, hablaba raro , miraba enreverado , se dormía  en los carritos públicos  , reflexionaba sobre el ser y la nada. Reflexión, Reflexión: lucha de clases, proletarios y la calle, salarios, rurales y los muchachones “miaos” de la risa. Y si alguien decía algo, respondía : “mire coñazo , la normalidad ta cuestionada”.

Y se tuvo que meter a poeta

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Malabares con la palabra , para, poder seguir , para saber y que la sepan. Tuvo que meterse a poeta, para sacar a volar , los pajaritos en su cabeza, para decir , enunciar , proclamar ; l a palabra como: medio , canal ,  escondite , protección , justificación, guía  . Se tuvo que meter a poeta , para hablar del amor , ese que no puede manifestar , como  , la gente de bien.    ¡La gente normal ¡ Y entonces creó una cercanía de lejos, unas metáforas  directas , in-entendidas . Espíritu  loco , que quiere decirte cosas , decírtelo  todo . Se metió a poeta , para , expresar , buscar voces, volar y vivir .

Sabores distintos.

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Con una campanita en su mano izquierda y la nevera en su derecha, Miriam salió por las calles del barrio a buscársela. De los momentos más difíciles suelen salir las ideas más álgidas. Sin perder, la esperanza Miriam trataba de generar capacidades para agenciarse sus vainas: “tenía que echar pal ´ante como sea, sin hacer lo malo”. Aguacate, Yautía Auyama, leche... Sabores distintos, sabores frescos para el caluroso estar, en el barrio de los obreros, la zona industrial; espacio de todos, franja de nadie. Bulla, Industrias, Vecinos, Cocinas móviles, Casas. El revoltillo en las calles, las esquinas alborotadas y Miriam imaginando, qué podía hacer para vivir sin emplearse, ni depender de jefes. Suficiente lo que había vivido ya. Leche Coco Tamarindo. Chinola. Volver al punto de origen: la casa de los padres, con los niños, sin trabajo, su suerte y los compromisos que a lo largo del camino fue adquiriendo