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Mostrando entradas de febrero, 2019

Quiero, quiero, quiero

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Quisiera ser calmada, adecuada y normal Aveces respiro y me comporto como que no pasa nada y en el fondo huracán de magnitudes inimaginables , fuego que consume o consumirá todo. Quisiera ser tantas cosas; adivina, astronauta, científica, paranormal. Quisiera también ser buena escritora, hija, mujer, ser humano. Quisiera ser tibia, para confundir. Nos enseñaron a querer ser; pues se puede ser mejor, decía un profesor de una escuela donde pasé, nadie lo recuerda.   Obviamente éramos seres incompletos.   Obviamente la bondad no es mi fuerte. Beligerante: quille que me recorre la presencia , que me calcina. Gritarles coño: Envidiosos. Lambones Mareadores,   vendedorxs de sueño, pescadores en río revuelto, matadores de esperanzas. “Descuidistxs “ de callejones solitarios. “Nací en cuna de oro, solapadamente lo aviento, pero la humildad es mi fuerte, no privo de ello“ Asalariados   del capitalismo opresor. En los círcul

¿Cómo que te gustan anda a pie?

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Bajo los efectos del gas carbonoso;   “te tienes que comprar un carro, Josecito tu ta tra”. Súbitamente  sucumbes    y  los gases inundando las calles de la ciudad. Una ciudad gris, a pabullada ,e mbotellada   y   acorralada. Súbitamente enfermedades: súbitamente te abruman los gastos: " No te dijeron Josecito,   que, un carro es como un hijo".  Anhídrido carbonoso para cuerpos “modernos”, e l "confort" de este tiempo,   trampolín donde brincan  los snob:   “sin una buena montura, tu no ere nadie, te tiene que montá papá”. Y te endeudas,  gastas,   te envuelves bajo los efectos del   nocebo para almas u n recipiente.  El aliciente  de    la época ,  en  la   rapidez, en  los cambios,  en el : “Te tiene que montaa papá”. “Fulano ta bien montao”. La edad de la competencia:  “ sutano  e un turpén míralo se montóoo".  En tiempos  modernos: “Como va sé Josecito que tu no tiene un carro, tiene que cómprate un carro, coño mano

Mis aires de adivinadora

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Una mañana de hace tiempo, caminando por la plaza de armas me topé con un libro que imaginaba en aquel instante lo había soñado. Mirando por los vitrales enrarecidos, una amiga dijo: "aquí las cosas son en blanco y negro e" y en los  Estantes en medio de la plaza me mareaba y me maravillaba. El mareo respondía a una noche loca en una escuela de instructores de artes, distante de la ciudad en un Lugar llamado San Antonio de los Baños, con un caliche rojo y   los guajiros que nos invitaban a disfrutar, los mitos sobre la carencia se rompieron y aquello fue. Romo y mañana gallo. Cañonazos en el morro,  9 de la noche. Orishas Los tiros en centro habana , que nos pusieron a mirar a todos lados,  buscando la puerta de alguna embajada. En la plaza de armas me maravillaba, pues, había títulos fuera de serie, libros que no conocía, pero había uno que generaba en mi la emoción del ; “esto lo he vivido “ conmocionada por mis dotes adivinatorias

"Lo gua subí a la rede"

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La vida privada como show, espectáculo, la vida privada como material para entretener.  "Todos se van a reír, lo van a compartir, seré famosx y con mi fama te destruiré “. "Tengo tu foto encuera, las vua a subí a a la rede".  ¡A mí que me importa tu vida! La tecnología . La sociedad  Y lo rudimentaria, medieval de esa manera de relacionarnos. “Y un día podríamos hacer el amor con un robot” mientras, matamos gente a través de las redes, nos reímos, estigmatizamos vidas pues, necesitamos entretenernos.  Mórbidos actos de presencias “civilizadas” en un entorno altamente tecnologizado “ A quien diablo le importa lo que haga Tito con “juaniquito” dijo la Beba, allá en un Bohío en Bohechio.  El cuco de los nuevos tiempos:  “Lo vua subi en la rede”

La vieja radio de mis sueños

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Una vieja radio colgada en la pared:  Trasnochadas  canciones sonaban. l a casa en tono sepia, e nseres antiguos;  un aire de pasado se respiraba. Dice la guía de sueños que las radios viejas hablan de las emociones estancadas , las cosas no dichas,  la falta de comunicación y como, nos atragantamos con los silencios .   Nos desarmamos, nos volvemos armar  y continúa el eco  de la radio añeja de mis sueños, sonidos que merman así como las palabras no dicha,u na radio vieja: “existe  un medio de comunicación que escuchan millones y millones de personas, son las radios” afirman expertos . El onirismo dando cuenta de lo que se quedó guardado  en los cables, en el dial, lo que nunca se dijo. La radio, las  palabras, el sentimiento no expresado. El dolor  quedó atrapado  en la vieja radio que soñé