El desalojo llegò




“Un día llegué de Samaná y encontré el patio desbaratado, mi casa no existía, miré donde el chino y no vi las canteras, la hortaliza no existía, el piso de mi casa lo llevaba un tipo en los hombros". 

"Llegó el desalojo y me dije ; los hombres no lloran. Nunca lloré, pero  tengo 27 extrañándolo todo".

Nos rompimos por dentro y por fuera , nunca nada fue igual; hoy busco en aquellas calles, ya nada me completa , es una sensación parecida al exilio; como estar pero no ser parte.

!Pero llegué primero!.

Era todo escombros y  a un monte inhóspito fui a parar .

"27 años después mis hijos me recuerdan cuando los martillos grandes llegaron al lugar  donde hace muchos años fuimos la tribu". 

Muchas generaciones pasaràn,  muchas han pasado
Nadie  olvida cuando  todo dejó de existir.

"De donde manino  pa ya era otro mundo".

Reparación en aquellas calles.

!El dinero trajo dolor!

Las mujeres más lindas estaban allí.

Cuando las loterías no existían por un orificio en algún lugar perdido de ese mítico lugar una rendija; era la solución .


Un día llegaron los esbirros y le partieron la madre a “tuelmundo”.

!Inoportunos!.


Mover la gente de su habitad algún efecto debe hacer.


Un día  el progresismo llegó y nos apirrió desde las ideas-


 Desde los planos.
   




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