Una vieja leyenda
Se olvidaron los
sacrificios, la compresión y la solidaridad de la mayor,
La más vieja, la que se hizo cargo de todo el dolor de una generación.
De las alegrías que surgían en ese mítico entorno.
Cada cierto tiempo como las evocaciones de un borracho escuchando bachata en el
viejo bar de finales de los 60 se manifiestan
las frustraciones más encarnadas.
Se vuelven a diseminar como verdad imperecedera.
Cobra vida el viejo relato de libertad y estigma, de amor y
fiesta, de gusto , pena y gloria .
El rumor cobra la fuerza de mito.
Y a alguien en algún
lugar donde fuimos desplazados una lágrima le brota de los enormes ojos .
Dos copas de vino y
muchas botellas de romo malo.
La vieja leyenda se
desplazó junto con nosotros: nos persigue, es estampa, mancha huella casi
imborrable de ese pasado cuando fuimos la tribu.
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