Vivir al borde




Cuando crecía,  veía la frontera como el lugar donde se originó todo, donde comenzó la familia, pero la noción de familia comenzaba a ser más grande. La pensaba a la frontera  como un espacio de confluencia, donde muchos mundos se juntaban y los pasados revivían.

Era tierra de paso, ahora pienso,  el punto medio entre una cosa y otra o más bien una cosa y otra.

Siempre fue un tanto mítica la frontera para mí.

La sentía,

 la pensaba, 

la vivía,

 la soñaba y cada tanto:

En una guagua pública  mwen bagay.

Repleta de haitianos y dominicanos,

Pollo rey, “Ampil gangú” 

Transitaba con bachatas de fondo, maletas enormes, tipos extraños, burla de retenes, papeles de migración  la  línea imaginaria entre la xenofobia y el amor filial.

Transitaba por  dos mundos,  siempre al borde.

Me volaba las púas, el cerco, la barandilla  que otros intentaban poner.

Mientras  crecía la frontera me esperaba cada verano con sus misterios, 

con sus historias.

con sus sueños .

con sus conflictos. 

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