Más que en una mixtura nos convertimos en olvido. Fuimos poco a poco suprimiendo, enterrando, evitando,
relegando de nuestra memoria ese lugar donde fuimos la tribu, pero, en la
mirada, en el habla, había un tufo, un halo que revoloteaba sobre las cabezas de
aquellxs que no habitamos ese tiempo.
Algunxs nos tocó, como las aves migratorias buscar lugar
para ser, volar a otros espacios con
otros olores, colores miradas desde
donde dimensionar nuestra existencia para poder seguir.
Al salir nos encontramos con:
Los motorizados
La gente que gozaba mucho
Gente que iba y venía. Nunca se quedaba
El orgullo de la negritud, la migración de los del norte que
culminó en la estigmatización de todo
La disco con sus cuartillas de clerén
Las hortalizas, con sus arrozales y el amor por Tío Ho
La casa de principios de siglo: reminiscencia de ese otro
pasado a la inglesa.
Las ideas políticas que nos dividieron y la gran avenida que nos
condenó a ser marginales por los siglos de lo siglos.
En movimiento permanente.. Sigamos moviéndonos aunque con fronteras lo quieran impedir, aunque con papeles nos hagan ilegales o indocumentados en nuestros propios territorios en el planeta..
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