Calle 2, 3 y Santa clara.







Camina por las calles del barrio como un ciudadano más, siempre con una sonrisa en su rostro poniendo  en evidencia la falta de………..atención a las personas con  enfermedades mentales,  la vulnerabilidad de nuestro sistema y la solidaridad de nuestros barrios.

En el barullo del mercado, la bachata, la guagua anunciadora, el jolgorio de los tigueres en la esquina, los motoristas, el zapatero , la sastrería y en las puertas de las casas, las viejas comentando el devenir entre el sueño y la marginalidad .

Dice radio bemba que es primo de un funcionario importante.Con meridiana claridad algunos relatan  cómo una tarde de aquellas el Max bajó de un yipeta oficial, desembarcando en su nuevo hogar, calle 2, 3 y Santa Clara.

Por las mañanas algún vecino saca una cubeta con agua o en su defecto una manguera, alguna ropa y  zapato viejo y El Max se asea ante la mirada  de transeúntes que van a sus respectivos trabajos  presos de realidad.

De un lado para otro, haciendo mandados, bebiendo de la botella de alguno, durmiendo en alguna marquesina y comiendo de lo que otros dejan  pasa el día.

Con el aura y la fama del loco rico del barrio. A propósito del 10 de octubre día mundial de la salud mental me  encontré  con este personaje de la barriada.




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