La rubia de la calle Cu
Ojos claros, mirada furtiva y voz chillona, por allá por los años noventa, había llegado
a la barriada como paracaídas Ramona; del Cibao a un sector de la parte alta de la ciudad ,
de esos, que la gente de este lado decíamos “ese, ese es un barrio caliente” y luego,
a un recóndito paraje de la zona Oeste.
Alta
Flaca
Ojos claros
Un pelo color amarillo.
Todos la llamaban; La rubia de la calle Cu.
Todos la llamaban; La rubia de la calle Cu.
Su vocecilla taladraba corazones y al verla, esos mismos corazones periféricos sentían haberlo visto y
escuchado todo. Ramona dejaba el babero a su paso: “diva de los mil mundos “gritaban
los tigüeres, vuelto locos, “Rubia tu si ta buena” "Sácale cédula bebé" Y se movilizaban los odios más encarnados en las chicas de la comarca, cada remeneón de las
caderas de Ramona en su andar por las
maltrechas calles, de un barrio nombrado El Resbalón (tropezabas en la entrada del
lugar y fácilmente caías a orillas del río Haina) despertaban los ánimos caídos
del arrabal.
Ramona trataba de reír, de socializar, trataba de mirar y un malestar en su ser se generaba , ganas de no estar allí , quien sabe .Se sentía un desasosiego en el aire que dejaba al pasar, también en cada cortada de ojos, en cada ignorada, en cada acto de altanería al vecindario
El otro día caminaba por las calles de un lugar que ya no es el mismo , ahora el asfalto facilita llegar y no parece tan remoto , la mayoría de la gente adquirió su carro y Fenatrano, puso unidades de aguagua , al servicio de la gente , que , aperruchada llega
a la Duarte en media hora. Por la Calle Cu divisé a Ramona en la
puerta de su casa, con el acostumbrado pelaje amarilloso , un poco robusta, con los demonios a flor de piel , desbocada gritando algo ininteligible a unos niños que jugaban frente .
Los años pasaron como vendaval, dejaron hijos, cinco mal contados , cacarean los tigueres en el dominó de la esquina . Me dice mi mamá , que aveces Ramona vocea por las calles , se ufana de su pasado de luces , con una jumbo mano .
Los años pasaron como vendaval, dejaron hijos, cinco mal contados , cacarean los tigueres en el dominó de la esquina . Me dice mi mamá , que aveces Ramona vocea por las calles , se ufana de su pasado de luces , con una jumbo mano .
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