El teléfono sonó tres veces.


 Aquella mañana, el teléfono sonó tres veces, recuerdo la mirada de la tía Josefa,

también recuerdo el olor a chocolate que impregnaba toda la casa, tomaba el

espacio. 


Por aquella época soñaba mucho.

El teléfono sonó 3 veces.


Mientras hacía garabatos en mi cuaderno del colegio, pensaba también en la vuelta

de papá a la casa, él trabajaba para los grupos en la brigada de defensa civil, era

muy solidario, mis sueños de heroína los había tomado del dia a dia de mi padre, de

su constante viajar por lugares a salvar vidas, servir con su ayuda, apoyo, estas

acciones motivaron mis aires de heroína.


El teléfono sonó tres veces...

Continúa sonando en mi memoria, había un incendio, mi padre junto a sus

compañeros de brigada, fue a socorrer a las víctimas del incendio que se veía en

toda la comunidad. 


Habían pasado toda la noche trabajando, aún no había llegado

a casa, con ansias esperaba su regreso para que me cuente su historia de

heroicidad: como aquella vez que salvó al papá de Pedrito de morir asfixiado en un

pozo que construían en la casa.



Tía Josefa bajó la mirada, se puso la mano en la cabeza, un grito desesperado me

sacó del letargo, tuve una sensación que hoy justamente puedo describir, tía Josefa

tomó mi carita y dijo:

-vas a la casa de tu tía Francisca.


No quería irme, para mis adentros decía: ese teléfono malo, ahora la tía quiere que

me vaya -cuando llegue papá no me verá.

 Brevemente observé a la tía haciendo

una mueca rara, en su rostro de repente una lágrima gruesa corrió mientras preparaba mi equipaje.


 Al salir de la casa vi una bandada de pájaros que

nunca había visto, los recuerdo como ahora, grandes, todos juntos sobrevolando la

casa , en ese momento pensaba: -Cuándo llegue papá no me verá.

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