Mis aires de adivinadora



Una mañana de hace tiempo, caminando por la plaza de armas me topé con un libro que imaginaba en aquel instante lo había soñado.


Mirando por los vitrales enrarecidos, una amiga dijo: "aquí las cosas son en blanco y negro e" y en los  Estantes en medio de la plaza me mareaba y me maravillaba.


El mareo respondía a una noche loca en una escuela de instructores de artes, distante de la ciudad en un Lugar llamado San Antonio de los Baños, con un caliche rojo y  los guajiros que nos invitaban a disfrutar, los mitos sobre la carencia se rompieron y aquello fue. Romo y mañana gallo.


Cañonazos en el morro,  9 de la noche.


Orishas


Los tiros en centro habana , que nos pusieron a mirar a todos lados,  buscando la puerta de alguna embajada.


En la plaza de armas me maravillaba, pues, había títulos fuera de serie, libros que no conocía, pero había uno que generaba en mi la emoción del ; “esto lo he vivido “ conmocionada por mis dotes adivinatorias, o mis señales de otras vidas.


Lo cierto es que saque unos “Chavitos “nunca sabré su equivalente y compré "el Nombre de la Rosa” como mandato de otro tiempo. 


“Aprendimos a quererte “ 

Y me monté en el autobús pa San Antonio de los Baños.


Sonámbula por el José Martí.


Dormida en las Américas.


Embebida por el romo.


Burlada  en Santo Domingo;


 Adso de Melk ,


El misterio ,


Los libros .


Y recordé que en medio de una noche de fiesta e intercambio cultural un Habanero me susurró al oído: te gusta la  Literatura; 


Lee el Nombre de Rosa”

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